viernes, 8 de noviembre de 2019

Rant ciclista

Después ya algunos años de andar en bici en la ciudad uno aprender a ver cosas que antes no veía. Me llama mucho la atención cómo muchas colonias en la ciudad que se niegan aceptar la bicicleta como medio de transporte legítimo. Hasta cierto punto entiendo que han sido creados para pensar de esa manera pero me está empezando a molestar la falta de reflexión respecto a lo que sucede cada día. Ya me cansan las agresiones contra los ciclistas en la ciudad. Por el simple hecho de ejercer tu derecho de ocupar un carril ya hay gente que se molesta. Intentan ganarte el lugar, los camiones se te acercan demasiado, camionetas te cierran el paso de manera que a cualquier otra persona menos experimentada la pudieron haber tirado y generado un accidente grave. Taxistas que se pasan un alto pero se detienen a insultarte cuando les reclamas por hacerlo. Gente que, escudados en la oscuridad y el anonimato, prefieren agredirte echándote gas pimienta que atreverse a pensar que otras personas también tienen derecho a usar la calle.

Lamentablemente, como ciclista uno termina acostumbrándose a la lucha diaria por llegar de manera segura. Aprendes mañas, rutas, prácticas que te hacen mantenerte cada vez más y más seguro. A predecir a los carros y cuando alguien intentará cerrarte el paso, aventarte el carro o el camión. Lo más seguro es que al menosuna vez a la semana un automovilista te gritará, porque cree que no tienes derecho ocupar su calle. ¿En qué momento convertimos la ciudad en un espacio solo para carros? ¿En qué momento satinizamos al ciclista imprudente, o el peatón en todo caso, para que un castigo aceptable por una mala práctica sea la muerte? No me malentiendan, trato de respetar todas las normas de tránsito, ser civilizado y responsable. No se lo digan, pero mi madre tiene algo de razón al decir que no le preocupa lo que yo haga si no lo que hagan los demás. No puedo dejar de pensar en la falta de empatía que tenemos en la calle y como refleja la situación en la que estamos como sociedad. Siempre te encuentras a alguien qué quiere pelear sin razón y los demás apenas nos esforzamos por cumplir. Siempre hay alguien que te mira con desprecio y parece no tolerar otras formas de moverse.

Son las mismas críticas que he escuchado en diferentes lugares, por ejemplo, que la bicicleta es un transporte para alguien de clase baja, que los de clase alta siguen usando carros. Una visión muy retrógrada por cierto. Pensemos que alrededor del 30% de la gente la ciudad se mueve en carro y sin embargo ocupa el 90% del espacio público. Un poco contradictorio ¿no? Veamos a nuestro alrededor, veremos a una o dos personas en cada carro y sin embargo acusan que los carriles bici y las bicicletas quitan el espacio en la calle.

La verdad es que en mi día a día son mucho más los automovilistas sensatos que los agresivos pero no creo que pueda decir lo mismo de los automovilistas empáticos. Y claro que hay malos ciclistas, aunque la diferencia es qué un ciclista impertinente sale tan lastimado como la persona a la que lastima, pero un automovilista impertinente puede lastimar a muchas más personas de forma mucho más grave de lo que a sí mismo. Ejemplos sobran. 

La próxima vez que se suban a un carro recuerden que técnicamente estás manejando maquinaria pesada. Recuerda que a tan sólo 30 kilómetros un accidente con un peatón puede ser fatal. Recuerda que salías a jugar a calle y qué ahora no se puede hacer. Recuerda que todos creen que manejan mejor que los que lo rodean, y todos están equivocados. Pregúntate qué de lo que haces, que ni siquiera lo piensas, en realidad pone en peligro a un amigo, a un familiar, a un conocido o hasta un desconocido, que simplemente decidió pedalear. Nunca culpes al ciclista por tener el valor de ser parte de un cambio que todos necesitamos.

Personalmente yo no voy a pedir perdón por elegir no tirar más de $1000 al mes en gasolina cuando pedaleando puedo hacer mis viajes del día a día, y mantenerme sano mientras lo hago. No voy a pedir perdón por ejercer mi derecho de ocupar un carril en la calle donde no haya carril bici. No voy a pedir perdón porque los automóviles son responsables de la mayoría de la contaminación en la ciudad y mueven a menos de la mitad de las personas. No voy a pedir perdón porque mi bicicleta cuesta más que mi carro. No voy a pedir perdón porque si yo chocó con alguien ambos salimos raspados, pero si un carro me choca me mata.

jueves, 5 de marzo de 2015

¿Como estas?

-Buenas noches- escucho que le decía una voz a lo lejos, era como un murmurar en el viento, apenas perceptible a los oidos humanos, pero no a las personas criadas en el Conocimiento.
El sabia quien era la voz que le hablabla, ya la habia escuchado antes en diversos puntos de su camino, y hoy que se encontraba camindo bajo la luz de la luna llena en la montañas supo reconocerla. No detuvo su andar, sin embargo le respondio de manera cortes a la suave voz invitandola a caminar con el resto del camino, espero unos minutos y con la proxima brisa nocturna pudo sentir su presencia, la voz de la vida estaba con el lista para darle una leccion esa noche. Un leve sonrisa se vio en su rostro y el deseo de aprender de la vida llenaron el alma de este joven, se preparo como dicen las enseñanzas y limpio su mente y su corazon para darle la bienvenida a la vida y ver que era lo que tenia preparado esa noche.
Una simple pregunta abrio la conversacion - ¿Como estas?- le dijo la vida, su respuesta fue casi instantanea como si la tuviera preparada desde hace ya varios ayeres. Le empezo a contar sobre lo cansado que se sentia por caminar tan largo viaje, por los problemas que tuvo al cruzar las montañas que lo hiceron varias veces, sobre lo dificil que fue cargar aquellos troncos caidos que impedian su paso. Le relato del disguto que sentia por que al encontrar un nuevo amigo para seguir el camino este habia tomado otro rumbo solo habia sido por un momento y despues siguieron caminos diferentes.
La vida escuchaba atentamente cada palabra que el decia, apesar de que ella ya supiera todas esas cosas, siempre se mostraba maravillada al escuchar a un humano hablar, le sorprendia como cada corazon podia percibir las cosas tan distintas, y siempre que algo le llamaba la atencion interumpia al joven caminante para pedirle mas detalles.
Cuando el joven termino de contar su historia, la vida lo miro a los ojos. Penetro hasta lo mas profundo de su alma, en busqueda de algo que ella conocia y sabia que aun estaba alli.


sábado, 29 de marzo de 2014

Entre las telas del tiempo (3)

Otra día en que se había despertado tarde, no estaba lista y ya casi era hora de su cita, que suerte era que Cronos le hubiera regalado un pequeño reloj de arena que le permitía acelerar su cuerpo a tal grado que parecía que el tiempo se detenía mientas duraran la arena. Recordaba mucho como le había dado ese regalo al cumplir los 15 años porque siempre estaba tarde en todo y no era una buena imagen para la protegida del padre del tiempo.
<<No lo uses demasiado>>recordaba Yatziri cada que volteaba el reloj <<no es bueno para nadie acelerar tanto su organismo, recuerda que entre los efectos secundarios quedan nauseas, mareos, desorientación, perdida del cabello y apetito. Y su uso prolongado puede causar Parkinson y a veces demencia>> la voz de Cronos estaba en su miente mientras se desplazaba casi a la velocidad de la luz en su cuarto, arreglándose para la ocasión.
Era un evento no muy interesante la celebración de los juegos olímpicos, y como Cronos no quería asistir con el resto de los Dioses decidió enviarla a ella de represéntate, a veces se preguntaba si la inmortalidad era un regalo o solo una manera de que Cronos se escapara de sus responsabilidades. Para cuando callo el último grano de arena Yatziri ya estaba lista. Tenía un atuendo clásico griego con una toga blanca que parecía despedir luz propia, una cola de lado con un cabello largo y castaño, que tenía unos hermosos rizos que le llegaban a media espalda, una diadema de oro completamente dorada con el sello oficial de Cronos. Y un collar azul con perlas que le había dado Titán en una de sus fiestas. El decía que tenían cantos de sirenas que podía protegerte de cualquier mal, a Yatziri solo le gustaba como se le veían.
Después de un último vistazo en el espejo, salió corriendo escaleras abajo donde su transporte le aguardaba. Era un Pegaso adulto de tamaño promedio 1.70 de altura y a las de 80 cm, pero era más imponente cuando se le montaba Yatziri porque ella era pequeña para su edad, media 1.60 su complexión era delgada y esbelta, muchas musas la envidiaban por su belleza y carisma, y sobre su Pegaso Ikim parecía toda una diosa guerrera, como de las antiguas historia de los dioses cuando la tierra era una lucha constante por el dominio de los humanos y no existía en consejo de los 5.
Rápidamente los dos emprendieron el viaje a los juegos y como era de esperarse Ikim llego en unos segundos, no por nada era el Pegaso más veloz de Cronos, y eso era lo que más le gusta a Yatziri. Al llegar vieron que ya había mucho otros Dioses reunidos de las 5 tierras. Por un lado en el anillo amarrillo estaban los dioses del desierto con sus máscaras de animales, algo que siempre se le había hecho muy cómico a Yatziri. En el anillo Verde estaban los dioses de la vida. En el anillo rojo estaban los dioses de la guerra y la desolación, una de las más fuertes alianzas que habían quedado después de la gran guerra. En el anillo negro estaban los dioses de las montañas, luchando como siempre entre ellos. Y en el anillo azul estaban los dioses de los astros  y justo allí era donde se dirigía ella, con una sencilla indicación de la mano Yatziri le indico a Ikim que descendiera al anillo azul. En la sala ya estaban reunidos los otros dos invitados a estos juegos. Nova dios de las estrellas nuevas y Hawk encargado del gran sistema de reciclaje de materia, también conocido como el dio de los agujeros negros. Saludo a ambos rápidamente y se sentó en su lugar mientras el gran maestro daba inicio a los juegos.
<<Bienvenidos sean todos>> escucho Yatziri sin poder identificar exactamente de donde venía la voz <<todos demos una calurosa bienvenida a Dante que este año porta la antorcha>> En ese momento un una gran torbellino de fuego callo desde el cielo y de en medio del torbellino salto una figura envuelta en llamas con forma de un gran zorro, con forme corría y las llama se iban disipando se pudo apreciar que su forma era la de una humano excepto por su larga cola roja que estaba encendida de la punta. En cuanto llego a los escalones un rayo golpeo arriba cerca de la gran antorcha, parecía que a Dante no lo importo y sigo subiendo a toda velocidad por los escalones. Un segundo rayo volvió a golpea y en ese momento toda la audiencia volteo a ver que estaba pasando cerca de la gran antorcha. Para cuando el tercer rayo golpeo ya Dante estaba en el último escalón y en ese último rayo se apareció el gran Maestro, en ese instante Dante se arrodillo y todo quedo en calma.
<<Gracias por traer la llama hasta aquí>> le dijo el gran Maestro a Dante y un que solo lo dijo en un tono bajo, su voz se llegó a escuchar en todo el estadio.
<<Ha sido todo un honor para mí señor>>respondió Dante, entonces la llama salto de la cola de Dante a su mano, se estiro y en instante todos el estadio se encendió en una larga llama azul, algunos se asustaron porque era su primera vez que veían el fuego sagrado. Parecía con vida propia cruzando entre los diferentes lugares, inclusive a través de algunos espectadores. Se decía que el fuego era alimentado por el alma de antiguos guerreros que por su gran valor seguían luchando por brillar entre los hombre.

Yatziri se quedó viendo fijamente como una de las llamas se movía como una ola por el mar, rápidamente subiendo hasta donde estaba ella, y cuando pudo predecir la ruta fue muy tarde la llama ya había pasado por ella. Empezó a sentir un ardor en el pecho, luego en todo su cuerpo y por un instante sintió que estaba rodeada de llamas. Y esa misma sensación estuvo con ella durante todos los juegos…

miércoles, 19 de febrero de 2014

Juntos por siempre ( I de VI )


Una hoja que se lleva el viento, dando vueltas, jugando en el aire. Toda la vida has buscado  aquello que le dará sentido. El árbol que alguna vez fue dueño de una hoja, ahora guarda en un nido  un huevo que pronto permitirá ver la luz a una nueva vida. Para ti esas cosas tan simples nunca  fueron importantes. Cómo algo tan cotidiano guarda un milagro tan poderoso. Nunca comprendiste la importancia de la vida. Una de la ramitas sobre la que descansa el huevo fue alguna vez  traída por el viento desde tu jardín. Ese jardín aún tiene manchas de sangre que no te atreviste a  limpiar. Esa rama cuando descansaba ahí, fue testigo de como perdiste algo invaluable, de ese último pensamiento en el que yo haya podido participar.

El balón iba botando, brincando de alegría por el campo. Tú lo seguías de un lado a otro como  si tu vida dependiera de ello. Jugando hasta se te olvidaba comer, sólo reías como un ángel en el  campo que yo no podía ver de cerca. Estar ahí era lo que más te gustaba, fuiste considerada rara  mucho tiempo, pero te dejo de importar pues ya habías encontrado gente igual a ti. Sonó el timbre y te fuiste a felicitar a tus compañeras de equipo, luego entraste a clases, a esa tonta y aburrida lección de historia que nunca entendiste. “Si ya pasó, a mí que me importa, no me afecta” decías siempre que tocábamos el tema.

Al salir de tu clase, la última del día, aprovechaste el tiempo para jugar otro rato. Era una suerte que no hubiera hombres mirándolas, por lo menos no dentro de la escuela. Tu cuerpo se había convertido en la envidia de muchas y tú no lo sabías siquiera, es más, a veces te creías fea. Tu sonrisa era divina, tal vez chueca si le creías a algunos, pero yo nunca lo creí.

Saliste de la escuela cuando oíste gritar tu nombre en la ronca voz de tu padre, un hombre de fuerte carácter y mirada penetrante. Yo siempre te buscaba, pero él llegaba primero. Me volteaste a ver, en tu pecho saltó tu corazón y con una sonrisa me saludabas, pedías perdón y mandabas un beso al mismo tiempo. Solo yo pude haber entendido todo eso. Me viste alejarme algo cabizbajo, mientras entrabas al coche de tu padre para encaminarte a tu casa.

Al día siguiente te escapaste de tu clase de matemáticas para pedirme perdón, con palabras, lo que el día anterior con la mirada. Yo estaba donde siempre, me veías, al acercarte, cada vez más alegre. Nos saludamos como siempre, algo que si se enterarse tu padre, nos costaría poder vernos. Él nunca me aprobó y ahora menos que nunca. Me decías que era prohibido y yo me reía. Para ti eso no cambiaba nada. Tú arriesgabas mucho, pero no te importaba. Acariciaba tu pelo cada que podía y eso te compensaba todo el sufrimiento y riesgo en tu casa. Llevabas la cuenta del tiempo: 7 meses y 2 semanas hasta la última vez que nos vimos, casi la mitad del tiempo se suponía no te me podías acercar.

Esa última vez huirías de casa, siempre insististe, preguntabas por qué no quería y creías que tenía miedo. Siempre supiste que te amaba y estabas dispuesta a todo. Saliste en la noche a la hora acordada yo te esperaba no muy lejos, te vi, te diste cuenta de algo justo al verme y volviste corriendo y yo escuche un grito. Te encontraste a tu padre en la sala con una mirada asesina, estabas llena de miedo pero no podías volver atrás pues habías tomado una decisión. Intentaste salir de la casa pero él te alcanzó el brazo. Forcejeaste para salir, me viste justo afuera, listo para irnos. La puerta de la calle se atoró y viste como luchaba para abrirla con todas mis fuerzas. Te agarraste de la puerta oxidada y al poco tiempo el metal, más viejo que los dos juntos, se dobló y rompió en pocos pedazos cuando no soportó la suma de nuestras fuerzas.

Esa puerta nunca había sido cambiada en la vida de la casa. Ya había soportado dos coches de frente y decías que cualquier día se caería en pedazos, lástima que fue esa noche. El hierro se venció bajo tu mano y veías como el pedazo grande y más cercano al suelo cayó sobre mí, una lágrima se escapo de tu ojo en ese momento, mas no duró mucho. Te golpeó en la cabeza, lo que te dijeron después, era otro pedazo que descansaba sobre el que me había derribado. Le contaste al doctor que solo viste un tercer pedazo dirigiéndose a tu padre. Te dijeron que estaba grave y lo fuiste a buscar, sufría de una infección escondida en el metal. No pudo volver a hablar y por ello disculparse por todo, tú nunca supiste de esas intenciones.
Siempre te sentiste culpable; más aún cuando, víctima de la infección, murió poco después. El doctor te hacia pruebas y cuando te preguntaron por mí no supiste responder. El doctor te explicó que muchas veces con este tipo de golpes y traumas tan fuertes, olvidas en lo que pensabas en ese momento, a mí me olvidaste por completo. Yo salí rápido del hospital pero no pude ver la luz del día hasta mucho después. “Homicidio culposo” dijo el juez mientras yo no lo creí y buscaba tus compasivos ojos entre las miradas acusadoras. Por más que te lo pidieran no te atreviste a hablar acerca de esa noche.

Me viste fuera de tu casa, sonreíste y entraste a cocinar. Solo vimos como una rama en tu patio la arrastraba el viento.


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jueves, 13 de febrero de 2014

Entre las telas del tiempo: Mi Historia (2)

<<Quieren eres?? Dónde estoy? que está pasando? que son estas telas? por qué me atacaste?...>> preguntaba rápidamente la chica sin tomar aliento al hacerlo
<<Yatziri tranquila!>> le dijo el búho
Ella se detuvo completamente impresionada << como sabes mi nombre?>> pregunto
<<Yatziri te conozco desde ya hace mucho tiempo, es más desde que naciste, yo soy K’iin el guardián de los tiempos. >> dijo muy orgullosamente, luego continuo con un tono más relajado <<nunca escuchaste de las alas del tiempo o que el tiempo se iba volando, todo eso es gracias a mi>> no puedo evitar que una pequeña risa saliera de él. <<Para seguir con tus preguntas Yatziri, estas entre las telas del tiempo un santuario tan antiguo como el dios Cronos y tan poderoso como el santuario de Gaia. Aquí se designan los tiempos para todo, como por ejemplo los frutos y las cosechas como viste, la vida y la muerta, el día y la noche, etc. Cada tela diferente en color es un evento distinto y el moverlas puede cambiar las cosas en la tierra, en los cielos o hasta en el inframundo. Y perdón si te asuste no era mi intención pero como guardan del santuario es mi deber evitar que se altere los tiempos de las cosas. Pero aun no me queda claro cómo es que llegaste aquí?>>
<<Tú me trajiste>>
<<YO?!?>>
<<Si estaba yo muy tranquila sobre los campos de la eterna primavera cuando de repente apareciste y al tocarte aparecí aquí>>
K'iin se quedó pensativo por un momento, cerro sus ojos, era como si algo importante estuviera pasando por su mente, giro su cabeza 180 grados para poder pensar. Yatziri se sentó viéndolo, intento hacer lo mismo pero después de escuchar un pequeño tronido en su cuello decidió mejor no hacerlo. De repente K'iin abrió los ojos y grito << eso debe ser>>
<<si eso>> grito Yatziri, tan fuertemente que asusto a K'iin <<no espera me deje llevar, me puedes decir que paso>> le dijo un poco apenada
<< Una puerta del tiempo, en los jardines de la primavera se debe haber hecho una pequeña brecha y así pudiste verme y al tocar mis plumas la magia de ellas te debe de haber traído hasta aquí. Lo único que no entiendo es como me tocaste sin volverte arena, todos los mortales que me tocan se vuelven arena>>
<<Eso es fácil, ya no soy mortal, el señor Cronos me dio el regalo de la inmortalidad cuando cumplí 20 años>>
<<Interesante, realmente interesante>> K'iin movió sus alas y llego a una rama no lejos donde regreso su cabeza a la posición original <<Es momento de que la profecía se cumpla!>> grito
<<La profecía?>>
<<Así es, pero por ahorita será mejor dejarlo así. Aun no estas preparada para lo que se avecina, pero no te preocupes princesa cuando sea el momento yo estaré allí y los demás guardianes también. Mientras toma esta pluma te ayudara a venir al santuario de las telas cuando lo necesites y a estar en contacto conmigo>>

Yatziri toma una pluma dorada que K'iin le dio con su pico, de repente todo empezó a volverse obscuro y sintió que caía sobre una nube. Despertó sobre su cama, preguntándose si todo había sido un sueño, si fue así fue el más raro de su vida. Se levantó y al ver en su tocador una pluma dorada supo que no había sido un sueño...
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jueves, 30 de enero de 2014

Corriendo

Corriendo. Corriendo sin rumbo, sin rumbos. Sin poder caminar ni aminorar mi paso. Tan rápido como pudiera por tanto como pudiera. Escapando. Escapando de mi padre,de mi madre, de mis hermanos y mis amigos, del hombre de los dulces que solo tiene manos. Escapar del demonio. No. Escapar de mis demonios, pero no puedo escapar de mi mismo. Entonces no escapo. Huyendo de mis miedos y mis fracasos, de la ira y los resentimientos, tambien de la felicidad y el placer. Entonces no huyo. ¿Voy? No voy y por eso no llego. ¿Corriendo? Viviendo. Siento el aire en rostro, siento el sol y las nubes moverse conmigo. Disfruto. ¿Disfruto? Pero no huyo ni escapo. Disfruto y sufro. ¿Sufro? Los pies duelen y el sol quema, el rostro se congela y las manos se entumen. ¿Pero, sufro? ¿Disfruto? ¿Gozo? Ni gozo, ni sufro, ni disfruto. Solo corro. Corro. Corro por dolor y por placer. Corro por huir y por llegar. No puedo aminorar el paso. No puedo. Solo hacerlo. Amar el correr, porque si no escapo, no voy, no llego, no disfruto, no sufro y no gozo quizá tampoco corro. Solo soy. ¿Soy? ¿Estoy? Soy y estoy. Correr es mi Ser.

Detenerse.

miércoles, 29 de enero de 2014

Entre las telas del tiempo: Mi historia (1)

Mi historia

Cuenta la historia que en los recintos del gran Cronos, habita una pequeña inmortal que un día fue hallada por el gran Dios, sola vagando por el mundo. En sus ojos se podía ver la compasión y la dicha, pero su cuerpo mostraba los daños y la amargura que el ser humano era capaz, por eso Cronos decido sacarla de entre el mundo de los mortales y llevarla a sus recintos "la cámara del tiempo". Por algunos años esta niña estuvo allí viviendo y creciendo, desarrollándose hasta llegar a ser una bella doncella que le gustaba salir y jugar entre los jardines de la eterna primavera. Un día sin querer, mientras cortaba unas rosas blancas para llevar a su protector, se topó con un búho. Era raro porque ella no recordaba nunca haber visto a una creatura así y menos en los campos de Cronos. Se le acerco con un deseo de saber lo que pasaba, ella era muy dulce y alegre pero por sobre todo curiosa, así que al estar lo suficientemente cerca al búho extendió su mano para tocarlo. Al instante un rayo golpeo todo su cuerpo y cayo inmóvil en medio del campo. Tardo algunos momento en recuperar el conocimiento, se sentía perdida y no sabía bien donde estaba. Volteo a su alrededor para ver lo que estaba pasando y donde estaba. No podía identificar nada, vea algunas sombra de colores a su alrededor que caían desde el techo. Froto sus ojos en un esfuerzo de poder afinar su visión pero no parecía servir, era como si alguna niebla estuviera frente ella, decidida extendió su mano para tocar esa sombra más cercana color morado. Y cuál sería su sorpresa al sentir una tela de seda, suave y fina, al acercarse más pudo percibir un olor agradable como de uvas o un buen vino. Por un momento se dejó atrapar por la textura y el aroma. Empezó a girar sujetando la tela mientras se enrollaba en ella. Se encontraba muy perdida en su mente cuando escucho una voz arriba de ella. Sorprendida volteo a ver y era el búho. Le estaba hablando, cualquier persona se habría sorprendido, pero ella no. Había vivido suficiente tiempo con Cronos para ver cosas mágicas que solo el padre del tiempo podría mostrarle, desde los grandes guerreros mitológicos hasta criaturas de mil formas. Volvió a escuchar la voz pero esta vez presto suficiente atención para entender lo que le decía
 <<Chica que haces? no debes jugar con los tiempos de los frutos podrías provocar un caos en la tierra!>>
 Ella no entendía para nada lo que le decía el búho, <<Los frutos de la tierra?>> le pregunto.
 <<Si algo así, los tiempos que tardan en cosecharse y crecer todos los frutos allá abajo>>
Volteo a ver sus pies y se sujetó fuertemente de la tela al ver que estaba flotando sobre el aire y solo veía grandes campos de cosecha bajo sus pies, en ellos veía como las plantas estaban creciendo desmedidamente y los frutos nacían, crecían y morían en un instante. También vio como los campesinos estaban perplejos ante la situación.
<<Suéltalo ya!>> ordeno el búho al acercarse a la chica en forma amenazante con el pico por delante

Ella no demoro ni un segundo en brincar para atrás al ver el feroz ataque de la criatura, siempre le había temido a ser picada por las aves, gallinas, pavos, búho o pingüinos lo que fuera. Por un momento sintió que flotaba pero rápidamente esa sensación cambio por un dolor al caer contra el piso, se quedó quieta sin saber si fue el dolor al caer o  el miedo al búho lo que la paralizo, pero en cuanto recupero sus fuerzas se levantó, volteo a ver al búho a los ojos, tomo una gran bocanada de aire y se preparó para recibir algunas respuestas.

EL VAGO
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