miércoles, 31 de julio de 2013

...Y como el fénix.

Hoy un día en el que mi corazón anhelaba la tranquilada, la soledad, la felicidad; en el que solo quería llegar a ese lugar que conocía, ese lugar que hacia dos años no pisaba...

"Recuerdo cuando lo descubrí, en mi mente estaba la aventura, el conocer, el vivir. Empecé como siempre a caminar, no sabia a donde iba, no sabia cuanto tardaría, solo sentía ese eco que me llamaba, esas voces que me indican el camino, que dan a los vagos su titulo inusual. Primero la tierra, luego las dunas, muchos caminos, obstáculos a mi alrededor, cada vez mi entorno era mas pacifico, deje atrás los ruidos de la sociedad, para adentrarme en mi mundo. Y al girar no pude creer lo que mis ojos veían era un paraíso frente  a mi, todo lo que necesita. Verde, muchos lugares para descubrir, privado, único, silencioso y perfecto. Me acerque era todavía mejor de lo que imagine. Tome un poco de vuelo para saltar la sanja que me separaba de mi nueva tierra, al caer era como si estuviera viviendo, era como conectarme con todo el lugar, sabiendo que yo pertenecía allí y eso pertenecía a mi. Di vueltas hasta conocerlo todo, ver que misterios guardaba, y al terminar subí al punto mas alto para apreciarlo todo, era tan bello, era toda una ilusión.
Varias veces volví allí, a pensar, a aprender, a sentir, a encontrarme. Y la magia del lugar nunca se acababa, cada vez era una nueva aventura mas lugares para conocer, nuevos pensamiento que nacieron allí, nuevas historias que nacieron, muchas sonrisas reflejadas en tu aguas, muchas lágrimas que bañaron tus piedras, todo el eco de mi voz que guardaba, todo el tiempo que me acobijaba. Era mi santuario, era el lugar donde era yo... y ahora ya no lo conocerás."

Iba rumbo a mi santuario, era especial la emoción que sentía, era el suave recuerdo de una bella vida, era la alegría de pensar en volver a pisar mi tierra mágica. No podía espera a llegar, mi corazón se estaba emocionando, iba escuchando la música (METAL!!!!!) que prepararía mi cuerpo para la sensación de estar allí, fue entonces cuando todo paso. Al doblar para llegar a la entrada, de ese camino polvoriento que mi mente recordaba lo vi. Todo era diferente ya no mas tierra, era asfalto. Ya no mas el canto del pájaro, sino el ruido de la maquina. No mas soledad, solo palas, picos, y hombres que profanaban ese lugar. Era un caos. En mi pecho un golpe tan fuerte, que me derribo a tierra. En mi mente el recuerdo de mi santuario se iba borrando, y en mis ojos, volvían esas lágrimas que solo los ángeles podían apreciar. El cielo entendió mi dolor, derramo sus lágrimas  a mi alrededor. Y lo único que mi cuerpo pudo hacer fue correr, correr tan rápido como mis fuerzas me lo permitían, salir de ese lugar, pensar que nunca había pasado, que solo era un sueño.

Después de un tiempo, el cansancio me domino, las fuerzas de mi cuerpo cedían y volví a terminar en tierra, cansado, agitado y abatido solo me quedo refugiarme en mi mente, apreciar por ultima vez la bella de imagen de esa tierra mágica, mientras el humo y la fuerza de las maquinas las iba borrando, era inevitable, era el fin. Y cuando estaba por entregarme a la resignación, esa misma voz, que hace dos años me llevo a mi santuario, volvía a mi mente y me susurraba "buscame". Es allí que recobre las fuerzas, cansado en mi cuerpo pero renovado en mi espíritu, listo para ir por nuevas aventuras. Era como el ave fénix que al morir volvía a empezar y ahora solo queda explorar y empezar una nueva historia.

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